Soledad y abandono en los campos
de Castilla,
ribera de tristes álamos
teñidos de ocre otoño.
Lengua húmeda, verdes aguas
que besan sus labios secos.
Soledad y vacíos campos
de ramas sedientas,
en los canales se miran
esqueletos de edificios
manchados por la sangre
de sus ladrillos rojos.
Por sus ventanas,
de anchos muros,
sin cristales, huecas,
inundan sus espacios,
anidan, vuelan las palomas
en la nostalgia de los recuerdos.
Atardeceres de plata,
brillantes amaneceres.
Soledades de Castilla,
cantos de poetas.
La luna entre los chopos
y puentes, pequeños puentes,
en los anchos territorios,
hace surcos la senda del agua.
Languidece el pasado
en vencidas ruedas de molino.
Dársenas abandonadas,
adobe quemado por un sol eterno.
Aquel esplendor del ayer
es hoy ruina,
tiempo perecedero
de soledad, tristeza, olvido.
Canal de Castilla
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