Volver al inicio, recoger la madeja
que nos condujo al olvido.
Habrá que desatar nudos,
quitar vueltas retorcidas,
meter el cabo por un sitio
y liarlo aún más.
Retroceder,
probar por otro agujero,
buscar otro camino.
Encontraremos hilos tan apretados
unos con otros,
que el regreso
nos parecerá imposible.
Dudaremos si cortar por lo sano,
abandonar el intento,
quedarnos entre las manos
el trozo liberado y continuar
tejiendo con el resto que nos quede.
Mas no, nunca rendirse,
esta es nuestra única meta,
volver al inicio,
deshacer esta maraña,
ese enredo confuso.
Es necesario volver sin miedo,
libre de ataduras,
alcanzar el principio,
la fuente pura y clara.
Y después, que la piedra nos revele
sus profundidades.
Volver al inicio, recoger la madeja
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