Preguntan la mujer y el hombre

 Preguntan la mujer y el hombre,
¿qué es mejor, la palabra o el silencio?
Y el eco propagado desde las altas montañas
al profundo valle de la humanidad
proclama el secreto de su derrota,
quisieron alcanzar el cielo y su gloria
y dejaron en el aire el lamento de su fracaso.

Responde el eco:
el silencio, 
el silenci, 
el silenc, 
el silen, 
el sile, 
el sil,
el si, 
el s, 
el, 
e, 

Él guarda todas las palabras,
las dichas, olvidadas y oídas,
las pensadas, reprimidas y por decir,
las nunca por labios susurradas,
el grito por la garganta lanzado,
profuso río o manantial seco.
Creadas y muertas palabras,
naciente flor en otras bocas.
El silencio sellado en el último suspiro,
podridas palabras, larvas de gusanos.
Soñadas palabras de un infinito,
derramada lluvia sobre la carne y el lodo,
semillas que germinarán 
en nuevas palabras.
Encarnación del verbo, el silencio,
diálogo del alma con Dios.

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