Llovía y cubrió su cabeza

 Llovía y cubrió su cabeza
levantando sus brazos,
plegadas alas de mariposa
protegida del aguacero.
En aquel prado de amplias avenidas
y loco tráfico mecánico y humano,
eran flores silvestres
sobre un denso magma
por donde pululan insectos
libando su néctar
mientras arrecia la tierra
bajo sus pasos.

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