Hoy fue víspera de un hermoso
acontecimiento,
guardada felicidad en el vientre
de la memoria
devuelto al útero del tiempo infinito.
Brotó la semilla germinada,
flor que va por la vida presente
recogiendo polvo y echando pétalos.
Hoy fue víspera de otro mañana,
los ojos de un corazón la sienten
con bruma de melancolía,
pues no hay otra forma
de mirar al ayer a la cara,
sin sufrir el vacío
de una belleza perdida.
Hoy fue víspera de un hermoso
La mariposa de nuevas primaveras
La mariposa de nuevas primaveras
es cada vez más oruga,
más frágiles sus alas,
menos bellos sus colores.
No sabes si duele la felicidad
No sabes si duele la felicidad
que se intuye en el otro,
no sabes si son sus sonrisas
promesas o logros.
Tal vez tienen razones sus alardes
de alegría, puede que estén
en lo cierto y sea tu camino
errado, llevados tus pasos
por un territorio hostil.
No hay vuelta atrás,
sus huellas se borraron
las cubrió la maleza,
imposible retomar en el cruce,
el desvío acertado
por un paisaje más hermoso.
No sabrías si tu deseo
es deseo del otro
que araña la piel y golpea tus huesos,
si son ilusas sus amplias sonrisas.
Quizá es fe por una causa
que no entiendes.
Entonces, ¿por qué sufres
la penitencia del desaliento
por culpa de un reflejo?
Acaso eres la niña que hace
¿Acaso eres la niña que hace
ñoñerías para que la miren
y le rían las gracias?
¿Acaso no te basta ese bocado
que muerdes para tu hambre?
¿Acaso esperas el aplauso,
el vanidoso halago?
¿Acaso es tu valor moneda
con un precio?
¡Ay, amiga! ¿Es acaso tu soledad
espacio recorrido por el vuelo
de una pluma?
¿Acaso no son alas libres
para un sueño?
Aunque nadie te vea volar,
disfruta de su deleite.
¿Cómo hacer ausente esta angustia?
¿Cómo hacer ausente esta angustia?
Es fácil olvidar la muerte
que vendrá mañana.
Envolverse con la rutina de los días
y negar que acabará con un suspiro el aliento.
Pero esta angustia que destroza lentamente
devoran las entrañas sus fauces,
roen la carne sus gusanos,
da herida mortal al alma,
la desangra gota a gota.
Ese morir no se olvida.
Nos mentimos todos
Nos mentimos
todos.
En el éxito, en el fracaso,
en la línea recta, en la curva
de lo perfecto, que es error.
Hasta en medir la felicidad,
con una balanza trucada,
el adorno, el pongo y quito
la pequeña modificación,
el detalle insignificante.
Nos mentimos
todos,
vamos con el trapo dando
brillo al metal
donde nos miran los otros.
Hay colores más intensos,
la torre es aún más elevada,
la fortaleza. vigilada por dragones
para hacer aún mayor los méritos,
más dulces los besos,
grande la fuerza,
eterno nuestro amor.
Nos mentimos
todos
y maquillamos la resaca
de nuestros días,
el acumulado insomnio en nuestros sueños,
la boca seca, las palabras gastadas
en la lengua que bebe de ecos vacíos.
Nos mentimos
todos,
porque la magia no existe,
sino el milagro de mentirnos
para seguir mintiéndonos.
Este cansino camino que nunca acaba
Este cansino camino que nunca acaba,
esta pesada mochila que va vacía.
Y sin embargo,
¡qué bello paisaje
envuelve esta soledad encontrada!
Habla de los árboles,
cuenta sus ramas, siembra flores secas
entre las páginas.
Le canta al río y a los pájaros
con el silencio de su boca.
Los poemas de amor han quedado
Los poemas de amor han quedado
bajo las sábanas,
en los cajones de la mesilla.
En invierno se enreda su frío
entre las mantas
y en verano se pega su ardor
a los cuerpos desnudos.
Son palabras que el tiempo traen
y llevan con sus barruntos,
como ave migratoria
busca el territorio propicio
el alimento que sacie,
la calidez y el albergue
donde anidar en lugar seguro.
Suelto los versos
Suelto los versos
como quién suelta el bolso
sobre una silla al llegar a casa.
Me olvido de él hasta que busco las llaves
para cerrar la puerta.
Cuántas veces saco algo
y meto otra cosa,
o cambio de bolso
y me llevo al nuevo
lo que preciso.
El alma tiene memoria y salta
El alma tiene memoria y salta
como estos pajarillos inocentes
de cualquier malicia.
Busca el placer de existir sin más,
sin interrogantes ni dudas, vivir
en plenitud su impulso.
Vuela también esta alada alma,
lleva reflexiones y recuerdos entremezclados,
algo de dolor, muchos sueños,
alguna decepción, asumida conformidad,
calma ya sin límite.
La sal de un mar sobre su piel,
el frío de las noches de invierno,
la acogedora soledad en su celda.
Risas y tristezas dieron sus pasos cortos,
la alegría siempre es compartida.
El gozo es íntimo.
Gracias, susurra el alma pensativa,
por todo lo legado,
conocidos o no contribuyeron
a reforzar sus muros.
Aquellos que su memoria recuerda y olvida.
Gracias por la semilla implantada,
el germen que, sin intención
o con ella, dio cosecha.
Y el tiempo y la magia
que se escapa a la razón,
la recomponen, una y mil veces.
Aún sigue levantándose de sus caídas,
elevada al nivel que le corresponde.
Perdona a los que la hirieron a sabiendas.
Aquellos inocentes de sus pecados
no necesitan de ningún perdón sino lástima.
No oculta su rostro, sus ojos buscan
su verdadera mirada y ahora,
en sosiego, en su pequeña casa,
ordena sus bártulos,
abandona la resistencia
y se entrega.
Abandona el corazón las urgencias
Abandona el corazón las urgencias.
Nada humano le distingue,
está unido al todo,
puede ser ave, piedra,
verde hierba, nube,
gongs de campanas, murmullo, silencio,
viva materia, aire, infinito,
amor eterno.
Luego, el nuevo día regresa
Luego, el nuevo día regresa
con su orden establecido
y, desmemoriados,
como iniciados discípulos,
nos entregamos a la vida.
Cuando comenzó a morir
Cuando comenzó a morir,
hizo callar la música
para que hablara solo el silencio.
Son estrellas fugaces
Son estrellas fugaces,
suspiros de aliento,
ecos que avanzan entre las montañas,
trenes que cruzan de paso
por la estación sin parar.
Soplo, vuelo de ave migratoria,
gotas que caen en un chaparrón,
aguja del segundero,
lo que dura pronunciar una vocal.
Así de rápido cruzan las semanas
y vuelven otros viernes
con sus promesas de descanso y disfrute.
Este engaño pasa por delante
de nosotros muy deprisa,
difumina su rostro la velocidad.
Por eso repetimos los mismos vicios,
cometemos las mismas torpezas.
La muerte no es buena ni mala
La muerte no es buena ni mala,
importa y preocupa el cómo morir,
aunque a cada instante se muere.
¡Cómo llevar lo soportable
y cómo asumir lo insoportable.
¡Cómo renacer!
Lloran sus naufragios
Lloran sus naufragios
en la soledad de sus islas.
Quizá ninguno sepa
de las lágrimas del otro,
ocultas tras los muros de sus silencios.
Cae la lluvia sobre sus espaldas
y se junta el caudal dulce
con aguas de un salado océano.
Secará el sol el húmedo rastro,
dejará impregnado en la piel,
el salitre del baño de sacrificio.
Este cielo de hoy
Este cielo de hoy, cuando
el sol ha cubierto su cénit,
parece un cuadro pintado
por una mano infantil.
Azul claro su fondo
y, sobre él, nubes pequeñas,
esponjosas y muy blancas.
Estas pinceladas de colores
no son formas verdaderas,
este cielo que siempre nos engaña
es aire y vacío que el cuerpo atraviesa
sin notarlo.
Así es este cielo de hoy
en esta tarde apacible.
A pesar de ser viernes, la gente
guarda calma a estas horas.
HAIKUS 2
Cuna de luna
mece olas del mar negro,
hoja sin ramas
Punto brillante,
luz fiel sin esperanza.
El búho ulula
Líneas parejas,
luces rojas y blancas.
Gato nocturno
Luces pululan
de ventanas con vidas.
Colina ámbar
Mil direcciones
indican el camino,
río sin cauce.
Haikus
Noche espesa.
Bruma, frío y lluvia.
El oso duerme.
Guirnaldas verdes.
En el manto de tierra,
madre montaña.
Velocidades,
ciento veinte por hora.
El galgo corre.
Nombres extraños.
Perdido sin el mío.
Senda vacía.
Busco agua en la noche
Busco agua en la noche,
a oscuras agudizo la vista,
atenta a cualquier crujir.
Rápido vuelvo al lecho
para seguir dibujando
el cielo de plata.
La vida te abraza
La vida te abraza,
te aprieta,
te golpea,
te empuja,
te tira,
te arrastra.
La vida te alimenta
para después cortar tu frágil tallo
y arranca tus raíces
La vida te cuida,
te ama,
te protege
te calienta en su útero.
La vida te calma la sed
para después secar los ríos
y hacer de tu cuerpo desierto.
No nos busca la muerte, sino la nada
No nos busca la muerte, sino la nada.
No persigue nuestros pasos,
va adherida a nuestras suelas,
De la nada venimos a la nada regresaremos.
Estos ojos que tanto nos mienten
sirven sólo para la tierra que pisamos.
En el iris de su mirada la nada navega,
sobre el horizonte la bruma oculta
la luz que hoy no vemos.
Palpará nuestra materia otras formas,
finitas muertes vendrán,
mas ella paciente nos espera.
Esta materia errante,
eternidad intermitente,
como una redonda luna
alumbra una llena nada.
La presbicia
La presbicia
de nuestros cansados ojos
nos ha vuelto niños
locos que juegan
en un charco
de dudas y miedos.
Solo el aire recoge mi lamento
Solo el aire recoge mi lamento,
solo en esa parte invisible
queda mi vacío.
Allí no hay sonrisas ni abrazos,
el denso silencio no emite
palabra alguna.
Se mece en la brisa la vida,
siempre de los otros.
Esta máscara que se mira
Esta máscara que se mira
al espejo
buscando su identidad
es una ficción indescifrable.
Sin poder acogerse
a ningún rostro, se hace mueca.
Juega como un niño puro,
sucio de barro,
teje hilos de hechos y sueños.
Somos nada y la sensación
insoportable de vacío
prefiere llenarse de humo
o huracanes
antes que sentirse rota vasija,
fruto hueco.
Un día mi nombre será diluido eco hasta hacerse vacío
Un día mi nombre será diluido eco hasta hacerse vacío
un día mi nombre será diluido eco hasta hacerse
un día mi nombre será diluido eco hasta
un día mi nombre será diluido eco
un día mi nombre será diluido
un día mi nombre será
un día mi nombre
un día mi
un día
un
un día
un día mi
un día mi nombre
un día mi nombre será
un día mi nombre será diluido
un día mi nombre será diluido eco
un día mi nombre será diluido eco hasta
un día mi nombre será diluido eco hasta hacerse
un día mi nombre será diluido eco hasta hacerse vacío
En este bosque perdido
En este bosque perdido
entre brumas de niebla,
el espíritu es el engaño
para espantar los fantasmas.
Voy sacando de la maleta
Voy sacando de la maleta
ropa vieja, casi trapos,
documentos antiguos
cajas con candados sin llaves.
Vestigios de algo que un día estuvo
nuevo, cadáveres de insectos,
larvas que perecieron antes
de convertirse en mariposas,
imágenes mate en blanco y negro,
en sepia o colores deslucidos
con parchones de óxido,
rostros que no sonríen,
oscuras figuras cubiertas de polvo,
cristalizado instante.
Saco y saco,
no tiene fondo esta maleta
o es que tiro de una rueda
con los mismos desechos.
Mis palabras no son mi propiedad
Mis palabras no son mi propiedad,
más allá de pronunciar o escribir,
sus sílabas me llegaron,
da igual quien las suscribe.
Fueron préstamo por un tiempo
y devueltas a la vida.
Pesa el tiempo sobre los hombros
Pesa el tiempo sobre los hombros
y convierte en cansados nuestros pasos.
Roba el tiempo los días
y deja su olvido en nuestra boca.
Entrega el tiempo sus presentes
envueltos en papel arrugado.
Murió el ciruelo
Murió el ciruelo,
ese que, valiente,
mudó de tierra y de cuidados sabios
por el abandono,
sujeto a las lluvias
y torpes manos.
Murió el ciruelo
que tuvo la osadía
de sobrevivir a tu carne.
Ahora también es seca corteza
como tus huesos.
¿Qué viento rompió sus ramas,
qué sierra cortó sus venas,
desangró su cuerpo
y cubrió su piel
con el ámbar de la muerte?
La vida y sus preposiciones
Mi amor es a la vida,
mis dudas ante la vida,
mis sombras bajo la vida,
mi caminar con la vida,
mi odio contra la vida.
Mi dolor es de vida,
mi huida desde la vida,
mi lucha durante la vida,
mi fe en la vida,
mi mentira y error entre la vida,
mi libertad hacia la vida,
mi perder hasta la vida,
mi sujeción mediante la vida,
mi morir para la vida,
mi soñar por la vida,
mi vencer sin la vida,
mi rebeldía sobre la vida,
mi olvido tras la vida,
mi alma vía vida,
mi brevedad versus infinito.
Mi temor desde la vida,
mi alegría con la vida,
mi sueño por la vida.