No nos busca la muerte, sino la nada.
No persigue nuestros pasos,
va adherida a nuestras suelas,
De la nada venimos a la nada regresaremos.
Estos ojos que tanto nos mienten
sirven sólo para la tierra que pisamos.
En el iris de su mirada la nada navega,
sobre el horizonte la bruma oculta
la luz que hoy no vemos.
Palpará nuestra materia otras formas,
finitas muertes vendrán,
mas ella paciente nos espera.
Esta materia errante,
eternidad intermitente,
como una redonda luna
alumbra una llena nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario