...no somos lo que creemos ser.
En nuestra búsqueda fútil
enredamos palabras
para hacer descripción
de una forma redonda.
Casa que acoge al intruso
como su único habitante.
Gas que transformamos
en materia táctil.
Líquido que se evapora
sin definida esencia.
En este engañado vivir
hacemos realidad con un trozo
de la muerte.
Inventamos el concepto,
lo ajustamos al molde,
apretando esa deformada esponja
que, como un resorte,
nos salta a la cara.
Oscuridad repleta
donde definimos límites falsos,
la breve intuición
de una fugaz luz
nos dio la triste consciencia,
pozo profundo
cuyo fondo no se divisa.
Su cubo
siempre viene cargado
de pesado pesar.
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