En esta noche de hogueras de san Antón
brilla una luna que ha comenzado a menguar
sobre una oscuridad iluminada por las llamas.
Se queman las ramas de olivos
tras la cosecha fértil.
Son lenguas que lamen el cielo.
La plaza está concurrida en esta noche fría,
los espacios y los muros reflejan
la luz ardiente del fuego.
Resplandecen los rostros
y flotan las pavesas en el aire.
Se retuercen de dolor
estas almas en este infierno.
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