Se abandona al estío

 Se abandona al estío
esta tierra infértil,
convierte en dura corteza
su arroyo caudaloso.
La pradera frondosa
es escuálida tundra
que el viento mece
en las noches de luna llena.
El lobo hambriento aúlla,
acechando la presa frágil,
trémulo y aterido
está el corazón desolado.

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