Somos dioses, pues creamos
mundos.
De la nada hacemos un todo,
tan reales como este
que nos sostiene y nos aplasta.
Cada noche en nuestros sueños,
creamos en siete horas
esta tierra y sus océanos
con todas las especies.
Acaso no son sus personajes
objetos de alegrías y dramas,
de miedos y placeres,
de tristeza y angustias.
Acaso no levantamos edificios,
trazamos calles, paisajes
desérticos y frondosos bosques,
construimos montañas tan verídicas
que si caen piedras nos aplastan.
Somos dioses a ratos
y cabalgando sobre nuestros lomos
llevamos sus cuitas.
Como el Dios de nuestras oraciones
sufre y padece,
goza y jubilea las penurias
y las alegrías de nuestros corazones.
Acaso somos sueños de dioses.
Somos dioses, pues creamos
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