Son los días monótono transcurrir de rutinas,
días de acostumbrado sabor
con alimento distinto.
La misma mesa con platos diferentes.
El comensal, con rostro cansino,
tiene en sus comisuras
el peso de las aburridas horas.
El cuerpo de continuo
le recuerda una llaga en la lengua.
Si toma sal le escuece,
pero también le cura.
Virtud y defecto de la carne,
ser tierna al más leve roce
y fuerte para el alivio.
Es un bálsamo la costumbre
pero no hace olvido.
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