La cana

Desde la raíz a la punta,
una cana,
el fragmento de un declive,
tallo que ha perdido su clorofila,
flor decadente de aquel
frondoso jardín.
Ya puedes regarla
con ambrosías de colores
que, insumisa, brotará poderosa,
crecerá con nuevo aliento.
Persiste su reclamo,
grita al espejo la verdad.
Infiltrado ejército en un bosque
oscuro,
avanza entre el denso follaje,
prepara la emboscada,
rodea al enemigo
y asalta por sorpresa.
Levanta su bandera
y exige su trono.
Acepta, calavera, su traje,
no huyas, pues contigo
va, imperturbable, el tiempo,
dirige sin remedio tu senda
hacia el ocaso.
Deja su bello horizonte
de nubes blancas
antes que quede el cielo
de tu cráneo raso.

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