Vivir sin conocer el secreto,
existir con una conciencia
de una realidad confusa.
Buscar desde la razón
los elementos verdaderos
con herramientas erróneas.
El Ser sigue los pasos
de su naturaleza,
dirigido por normas,
límites, trazando
un camino en el infinito.
¿Qué secreto nos rodea?
Nos habla en su lenguaje
que nuestros oídos
no escuchan.
Fluimos en lo invisible,
nos toca y besa la frente,
somos parte de su esencia,
levantamos los párpados
y, con los ojos muy abiertos,
aquello que nuestro corazón
intuía desaparece.
Imposible alcanzar su secreto.
Pretender acogerlo
en tan estrecha mente
es orgullo ridículo.
Analizar y controlar sus contornos,
meternos de lleno dentro,
¡imposible!
Siempre será líquida intuición,
superstición mágica.
La razón se quiebra
ante su cristal transparente.
No creer en el Gran Creador
pero sentir el abismo,
la oscuridad que nos acecha.
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