Básicamente diversión,
acción lúdica,
estrategia ante el aburrimiento
y la espera…
La espera de un tiempo
inútil,
pasivo, sumiso,
entregado débito
a la rutina,
al obligado quehacer
que reta la impaciencia.
Y en la espera,
la desesperanza
por la condición del ser.
El egoísta nos habita,
el vanidoso Narciso,
enarbolado sol de la galaxia
y el mundo girando a su alrededor.
Anónimo planeta enano
sin luz propia,
frente a titánicas estrellas,
abrumada constelación,
matrona orgullosa
de sus voluptuosos senos,
amamantadora de orgullo y
desconsideración.
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