Ten cuidado con él

 Ten cuidado con él,
te mira de reojo.
No le gusta que nadie
le desafíe
y puede atacarte
por cualquier flanco.
Vigila tus murallas y tus torreones,
gira tu cintura al torcer la esquina
para ver si viene.
Vuelve la espalda ante
la intuición de que alguien
te persigue.
Ataca con violencia y alevosía,
te coge a contrapié
cuando te ve más desamparada.
Es verdad que su fuerza es grande,
que su cuerpo transpira ira,
que pocas veces actúa con benevolencia.
Advierte a veces, pero también castiga.
Te recomiendo que no te confíes,
saltará de improviso
en cualquier momento.
Como un gato que te observa
desde el muro,
se echará sobre tus hombros
te arañará la cara
y luego huirá por un callejón estrecho,
como un cobarde,
sin darte la opción de revancha.
Maltrecha, te curarás de las heridas,
mas, habrá dejado en tu ánimo
su veneno que irá labrando su nido.
No tengas ojitos aviesos con él,
llega mejor a un acuerdo.
Ya se sabe que con los enemigos
mejor siempre mirarlos de frente.
Y recuerda, tiene experiencia
de millones de años,
mientras tú, para sus armas,
eres un recién nacido.
Cierto que matar a cañonazos
moscas es estúpido,
no sea esta la razón de tu estrategia,
ni te ciegue la euforia del éxito,
trata al necio con su ignorancia,
y que prevalezca tu inteligencia.
Al  miedo, dale el espacio justito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario