Aprendiendo con cada paso,
dejó roto el sueño de la inocencia.
Se coló subrepticio con las palabras
por las alegres primaveras y
tiñó de colores opacos la mirada.
Levantamos un universo árido
donde la sonrisa es triste,
donde aquellas fugaces lágrimas
lamían dulce las bocas.
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