Desde esta estancia
los ojos se pierden en esta geometría de tejas,
el aire es agradable, sereno.
Es la tarde de domingo
el segundero imparable
va desesperado buscando
engancharse al siguiente
sin salirse del rail,
Es el ritmo uniforme
de la sucesión de los días,
agujas con paso marcial que giran
en círculos viciados por la química
de nuestro paladar.
Este tren no silba como antaño
ni los relojes dejan oír su tic tac,
en el móvil los números avanzan
cambia un día por otro,
vienen y van de una estación a otra.
Al fondo suena un disco,
voces agitadas en la tele
niños que gritan o lloran.
Si es esto un sueño,
la inclinación del deseo,
el hechizo de la materia,
el tacto de la vida...
¡cómo será su despertar!
Desde esta estancia
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