Brilla la luz en los cristales
mientras ventanas opacas
se abren a un interior oscuro.
El mundo camina
con su paso acostumbrado,
el monótono ritmo de relojes
marcan con sus afilados tacones
el desfile de fantasmas de los sueños.
Y la vida, aún vestida
con trajes de colores,
ha dejado la figura
perfilada de su sombra.
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