Aquellos que se traicionaban

 Aquellos que se traicionaban
caían en los infiernos de la carne.
Aquellos hermanados eran dioses
en sus paraísos.
Aquellos otros amantes puros
se convierten en eternos.

Eternos no somos
ni dioses existen,
solo la carne sometida
a este infierno.

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