Somos sombras que caminan
por el día,
pequeñas al nacer,
sujetas al suelo apenas ocupamos un palmo.
Toman forma con las horas
de la vigilia al crepúsculo.
Al avance del sol crecen
hasta hacerse más grandes y alargadas
y confundirse con la noche.
Volverán en un nuevo amanecer
sobre la tierna recién plantada
semilla brotando su germen.
Alimentadas por el sol
sus tallos irán tomando altura.
Se abrirán sus pétalos
y, al llegar el ocaso,
se fundirán sus contornos
con la oscuridad total.
De nuevo la aurora
con sus primeros rayos
dará vida a nuevas sombras
que nacen para morir en la noche.
Somos sombras que caminan
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