Siempre la huida,
quizá porque el azar quiere
frenar sus pasos y se resiste.
Siempre huyendo hacia otro territorio
con el alma insatisfecha
y el cuerpo incómodo.
Tendría una razón
la búsqueda pero nunca
se presentaba clara
y el refugio se escondía
sobre el mapa confuso de la fortuna.
De lo abandonado queda a veces,
el arrepentimiento,
la añoranza,
el error,
la culpa,
el consuelo.
Huir siempre en un laberinto
y tropezar con sus esquinas,
retroceder al chocar contra sus muros,
desenredar esa maraña ,
tirar del cabo principal,
hacerlo línea recta
hasta llegar a un nuevo destino
que, para el que huye ,
siempre será efímero.
Siempre la huida
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