Ella se tuvo

 Ella se tuvo,
pero no sabía que se tenía.
Cuando llegó a conocer sus contornos,
empezó a deshacerse
como papel en el agua.
El tejido de su vestido
cogió pelusas,
se fue deshilachando.
Apenas quedaban
algunos harapos esparcidos.
En ese reflejo, 
¿cómo distinguir la transparencia?
Decidió rendirse a su suerte.
Quizá la vida quiso descomponer
su cuerpo para que volara el alma.

Al abrir la cáscara,
apareció la momia de una oruga.
Tuvo que aceptar
no ser nunca mariposa.

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