Quieres volver a ver sus canalones
derrochando sobre las piedras
caudalosos ríos,
sus hilos de plata correr
cuesta abajo por la calle
dejando su brillo de azogue
sobre los adoquines.
Se hace el recuerdo tan amado
que olvidas en los huesos el frío
de los días de invierno.
No tiene remedio añorar
perdida la razón del viaje
duele dejar el aposento caliente
donde hará escarcha el abandono.
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