Estoy nadando en la nada.
En este intenso ruido
soy silencio grande.
En la playa el mundo juega
a ser felices
a la orilla de un mar incierto,
mientras habito mi isla vacía
y a ella me entrego sin lucha.
Después de pelear con los posibles,
hice tregua perenne con lo inevitable.
Destruyó la intemperie
la madera de mis barcos,
gasté las provisiones,
perdí muchos bártulos
cuando agitó el viento
y se los llevó la marea.
Soporto las inclemencias
con el cuerpo desnudo,
deshilachando miedos.
Con los harapos anudados
me cubro cuando hace frío.
Al final, la piel se ha cubierto
de una fina costra de barro y sal,
soy tierra en medio de estas aguas.
Estoy nadando en la nada
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