Tras esos cipreses reposan
los huesos de mi padre,
desmembrados,
vestido de harapos,
aquellos que fueron sus prendas
en el hospital,
su penúltimo hogar antes del postrero.
Unidos a su cuerpo se hicieron polvo.
Entre astillas de madera
desaparecen lentamente en la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario