¡Qué pesado cuerpo! Dicen los pies
que lo llevan a rastras.
¡Qué cansado sendero por esta ribera!
¡Mira estas flores! ¡Qué pequeñas
y altivas se levantan ,
protegidas por la espesa hierba rebelde
nacida de tantas lluvias de inviernos!
Bajo el cielo gris de la mañana,
los pasos siguen las huellas del día
llevados por un río hacia un océano ignoto.
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