Necesario este dormir y soñar,
negar la claridad que muestra
el absurdo,
insistir en el engaño,
cubrirlo con el velo de las ilusiones,
nube que se deshace
en un instante fortuito.
Deslumbrados y asustados
ante el vacío,
volvemos el rostro hacia la oscuridad,
acostumbramos los ojos a las sombras,
líquidas estructuras comprimidas en conceptos,
y vamos dando formas y nombres
entre estas hilachas de tinieblas,
con la fe puesta en que se abra
un claro en ese apretado cielo.
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