Hay cierta vergüenza

 Hay cierta vergüenza
en el que sobrevive,
una culpabilidad oculta
con rabia,
muchas preguntas sin porqués.

Aún más pesa la muerte ajena
al que por ley natural
iría por delante en la nefasta lista
y sin embargo, se queda
mientras el otro se marcha.

No se entiende la muerte,
ni ella trata de explicarse,
ni da razones, ni le importa
ser causa de la terrible ausencia.
Sabrá qué incógnita
guarda bajo la manga.
Su abismo no tiene fondo
y ese precipicio nos hace temblar.

En su sima nadie sabe qué se halla
tal vez, un inmenso desierto
de huesos y cenizas
o la arena dorada y cálida
de una infinita playa,
muy concurrida de almas alegres
disfrutando de un eterno verano.

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