Si supieras que no hay dolor
sino que es engaño del cerebro.
La mente, que crea con palabras y memoria,
encadena emociones a nuestros cuellos.
Los sentidos ven y oyen, no sienten,
entregan al cuerpo que recibe sin inmutarse.
No hay reacciones,
ni asco, ni placer, ni dolor.
Los ojos han visto
como el objetivo de una cámara
capta aquello que recuadra,
fondo y formas estáticas
en movimiento.
Qué hacer, cómo anular
la determinación en su empeño.
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