Ay, soy tierra sedienta,
árida mi piel busca sus caricias,
amante que tan pronto se entrega
como se aleja
y abandona mi lecho con sus aromas.
Agua, agua.
Se me llena la boca con tu nombre,
sorda y llevada por otros aires
a otras carnes.
Calmas mis ansias
pero no sacias mi fuego.
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