¿Quién ha apagado la lámpara del cielo
y dejó esta estancia en penumbra?
¡Con la luz tan hermosa que entraba
durante el día y los claros de luna en la noche!
Han puesto muros en sus ojos
y a horas caprichosas se cuelan
unos finos hilos de oro o plata
por entre las rendijas,
que el abandono de unas manos
dejaron al descubierto.
Por suerte, no está totalmente a oscuras.
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