Hay recuerdos que son hojas caídas
tras la lluvia
y los pies caminan sobre ellas
con el corazón tierno y brillo
en la mirada.
Hay recuerdos que quedan
con aspecto triste de abandono,
como gasolineras cerradas
de una vieja carretera.
Hay recuerdos que fluyen
como el aire, invisibles,
materia suspendida .
Se respiran y, sin verse,
se sienten.
Hay recuerdos que son paisajes
que pasan ligeros desde la ventanilla
de un tren,
emocionan, sorprenden,
entristecen y se olvidan.
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