Yo soy esto que deforme
se dibuja en un espejo turbio
de azogue viejo.
En sus espacios transparentes
no queda atrapada la luz,
no hay reflejo
la forma lo traspasa y entra en su vacío.
Pero, yo también soy campo
sembrado de olivos,
soy roca quebrada por lluvias y vientos,
soy tierra gris y dura donde germinan
semillas de escuálidas plantas
y tierra de roja arcilla,
blanda y moldeable
donde crece el suave algodón
y la púrpura remolacha.
Soy campo de girasoles
y campos de trigo amarillos y verdes,
seca paja y tiernos tallos,
bosque de encinas con apariencia engañosa,
su corteza dura cede frágil al hacha.
Soy valles y llanuras,
colinas suaves
abruptas montañas.
Soy asfalto por donde corren bólidos
y ríos de sangre y fluidos.
También soy cielo con aves
de ligeras plumas y recio acero.
Soy invisibles parásitos y adorables
convecinos amables y solidarios.
Soy esa casita perdida en medio
de la soledad del campo
con blanca cal y tejados rojos.
Soy refugio y escondrijo
y también vivienda y rascacielos,
donde se conjuran tras sus finas paredes
milagros y hechicerías para el bien o el mal.
Soy un sol luminoso y ardiente,
a veces con brillo apagado
y soy nubes blancas y negras.
Soy calle, avenida y callejón,
esquina y centro de una ciudad amiga,
clandestina y traicionera.
Territorio cálido y frío,
transparente y sórdidos barrios.
Ay, soy una pradera verde
cubierta de gran variedad de flores
que llenan el aire con sus dulces aromas,
lecho de amantes y zarzas de espinas.
Y soy terreno árido, triste y abandonado,
soy camposanto donde reina silencio y muerte.
Soy río que corre, mar calmo y agitado,
lago de aguas estancadas,
tumba de cadáveres y lodo que da
de beber a bocas sedientas ,
fuente clara para ávidos labios.
Soy túnel y puente,
frondoso bosque
y tundra raquítica-
Soy arcén cubierto de basura,
luna en un cielo de día y lumbre
de noches enamoradas de las estrellas,
de ulular de lechuzas y cantos de grillos.
Soy jardín caótico y descuidado,
de bellos senderos y glorietas clandestinas,
de un hermoso parque y ordenado sembrado,
pozo y caño, muralla y campo abierto,
isla y continente.
Mas, no soy océano sino su fondo de arena
que sus corrientes y mareas
arrastran a horizontes insospechados
a playas tranquilas y olvidadas,
cubiertas de huellas que pronto
borran los vientos.
Yo soy esto que deforme
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