Cuántos años con todos sus días, sus horas y segundos. Cuántos instantes llenos con los colores del arco iris. Cuántas palabras dichas, todo un alfabeto gastado de convivencia, desde aquellas estrenadas hace ya algunas lunas. Cuántos soles por venir, porque cada día amanece. Y es cierto que es el mismo sol y las mismas lluvias, que recorrieron torrentes y ríos, finalmente perdidas en los océanos de la existencia. Esencia de vida que flota una y otra vez en nuevas nubes, otras distintas que nos recuerdan, tal vez, las mismas imaginarias figuras
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