Ella tiene tanto miedo a morirse

 Ella tiene tanto miedo a morirse
que muere
en cada suspiro de desasosiego,
en los exabruptos de decepción
y desengaño.
Se enfada y se frustra con su propio cuerpo,
añora y sueña con ser aquella joven
con toda la vida por delante.
Reniega de su historia,
recrea su memoria y se imagina
poseedora de una fortaleza que no tiene,
su bravura es ladrido de un perrillo asustado.

Ella se viste con los mejores atributos,
es una niña soñadora,
una adolescente coqueta y procaz
que se mira vanidosa al espejo
y, al ver su reflejo frío,
descubre asustada,
con desesperación y rabia ,
las arrugas que sumaron los calendarios.

Ella desprecia su presente
porque cada día es el mismo.
Se equivoca cuando dice eso
y no lo sabe. Se miente
y no quiere reconocer su mentira.

Ella sufre y alimenta angustia,
protesta y se revela ante la fuerza
indomable del tiempo.
Ella ha vivido mal y bien,
también a medias, como casi todo el mundo.
Ella es buena, dócil, casi sumisa,
nada rencorosa, inocente hasta rayar
la actitud crédula.
Mas, ella hace daño sin proponérselo,
provocó lágrimas en otros ojos
con su ignorancia.

Ella tiene miedo a morir
y ha vivido muchas eternidades.
Ella morirá como todos morimos,
mientras se olvida de que
ya divisa la sombra de la parca
más clara y nítida.
Ella no vive cada uno de sus minutos
por el escueto margen.
Sospecha su fin con la misma torpeza
que los jóvenes lo ignoran
y la mayoría se engaña.

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