Como las piedras son arrastradas en la orilla del mar, puliendo sus aristas, doblegándose los finos bordes como pétalos por la suavidad de manos de agua, así los días pasan y mientras avanzan y retroceden con el vaivén de las olas, ahora dentro, ahora afuera, la sal los envuelve.
La vida es el mar donde limamos asperezas y sobre la arena giramos envueltos de espuma.
Poeta, no te afanes por encontrar las respuestas, solo déjate hipnotizar por su belleza.
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