Flores naranja

 

Flores naranja caídas en aquellas primaveras de aire saturado con olores a naranjos y tamarindos.

Flores naranja de pétalos como orejillas de conejo, diminutas, perfectas en su modelado.

Próximo el estío de vacaciones y esperanzas prometedoras, llenas de premoniciones.

Flores naranja esparcidas por el suelo presente que ninguna mano coge para mostrar a unos ojos inocentes, ávidos de éstas simplezas que representa lo más importante, lo verdaderamente hermoso,  porque nada viejo y aburrido le rodean en ese mundo nuevo que en cada palabra descubre.

Ni unos dedos con sumo cuidado escogen la recién caída de su rama, cómplice del viento, como bellas mariposas sin daño alguno y reposar entre las alas de un libro.

Flores naranja secas que perdieron el agua de sus venas, frágiles como pergamino, recuerdos de un tiempo pasado, feliz, lleno de vivificantes olores, de luz, de memoria eterna.

Hoy te observan desde la mirada vigilante del conductor atento, nostálgico con el ansia impaciente de nuevas esperanzas.

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