Soy reo de una habitación con ventana
donde quedan constreñidas las ilusiones
a los límites que alcanza la vista.
Salir de aquella cárcel,
su herrumbrosa carcasa
no aguanta nada más que esta tumba.
Soy ancla de un viejo barco
que quedó abandonado en el muelle,
soportando el mismo paisaje,
expuesto al vaivén de las olas con el viento
que sueña ser llevado a la deriva.
El tiempo acabará
devorándome las entrañas,
convertido en comida de peces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario