¿Qué piensa ese pequeño gorrión
que pía incesantemente sobre la rama
de aquel árbol otoñal?
Quizá llama a la madre.
¿Qué piensa ese pez
que advierte el anzuelo
golosamente entre las algas?
Quizá tenga hambre.
¿Qué piensa ese perro
tumbado a la sombra
que se rasca compulsivamente?
Quizá cuánta miseria.
¿Qué piensa esa vaca
que pasta sobre la hierba
y espanta las moscas parsimoniosamente?
Quizá que paz tan incómoda.
¿Qué piensa el hombre
que va por un camino de piedras
mirando melancólicamente
al sol abrasador?
Quizá espera un dios que lo salve
y sueña con ser protegido,
no morir de hambre, encontrar un refugio
donde vivir feliz eternamente
y no con miedo, hambre, frío y soledad
royéndole la sangre.
¿Qué piensa el hombre
frente al pájaro y al pez,
frente al fiel amigo
y la víctima para su hambre?
Quizá por qué tanto sufrimiento
para tener que morir.
Quizá por qué nos ama un dios
tan inmisericorde.
¿Qué piensa?
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