Camina junto a mí esta sombra,
enganchada a mis pies como un candado.
En ocasiones, gigante, me aniquila
otras, sin embargo, me hago fuerte
y surco los cielos como enérgico viento.
Este fantasma que solo se deja ver
ante mis pasos
lentamente me desgarra y atormenta.
Huyo de su presencia amenazadora
buscando la estancia interior que me ampare.
En su protegida oscuridad creo engañarla,
pero, ay de mí, que advierto despavorida
que sigo esclava de su dominio.
Pues en ausencia de luz,
es toda ella, la que me atrapa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario