Revolotean frente a tu ventana,
con alegre trino y vistosas plumas,
se pasean ufanas sobre los tejados
alardean de un gozo interminable.
Otros días, sin embargo, desaparecen,
marchan hacia territorios incógnitos.
Dejan el horizonte vacío.
Es fondo monocolor de un cuadro,
sin alegoría, estampa hueca y estática
que traga la luz sin devolverla.
Al deslizar la cortina de la noche
la mañana se presenta sin su alborozo
y se viste de añoranza con sus retales.
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