Quedarán nombres que serán exaltados,
pero cada vez que admiramos un bosque,
un jardín romántico, unos campos de olivos ,
tierras de vides que harán bodegas de terratenientes,
extensos campos cubiertos de trigales dorados
regados con sufrimiento y sudor,
cada vez que admiramos un monumento,
una catedral, un edificio emblemático,
sin darnos cuenta, sin percatarnos,
ignoramos admirar las manos
de los hombres y mujeres anónimos
que pusieron piedras y semillas
para hacer posible esa grandeza.
De sus cosechas quedaron hambrientos
y en nuestro desierto, ignorantes trazamos
un camino arado, la senda
de todos aquellos que son olvido.
Quedarán nombres que serán exaltados
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