Desmenuzadas quedan las nubes
sobre este azul claro del cielo.
Después de este largo y caluroso día,
se acerca un atardecer más aliviado.
Ya vuelven las palomas
y en breve harán presencia
los vuelos en círculos de los vencejos.
Cuando se abracen las sombras
para hacer clandestina noche,
el cuerpo amodorrado
estirará sus piernas,
a sus pasos dará ritmo.
Casi en letargo le dejó este ardiente sol,
se espabilará y con tropiezos se verá obligado
a salir de la guarida.
Quién fuera oso para dormir
todo un frío invierno y despertar gozoso
en una hermosa primavera y un ferviente verano.
Desmenuzadas quedan las nubes
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