Mi dolor es de vida,
mi temor es a la vida,
mi alegría por la vida,
mis sueño son de esta vida.
Si abres tu razón
igual que el alma
a la vida,
no queda más remedio
que sufrir por este mundo,
sentir la pérdida continua,
saber que lo que ganes
es siempre a devolver
más tarde o temprano.
Nos advirtió el nacer
de nuestro desnudo,
por más que vistamos
este cuerpo,
sin nada venimos
vacíos nos iremos.
¿Qué cuenco se llena
con nuestro existir?
El mismo que nos volcó,
el mismo nos recibe.
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