Hoy es miércoles, ¡caracoles!
y hemos tenido aguas mil en este abril.
Si canto mi mal espanto,
pero él no tiene miedo.
Dijo el poeta, ¡luz más luz!,
y vino el apagón.
Añadió el sabio, solo sé que no sé nada
y no hay nada mejor que saber sin preguntar,
no te mates por saber pues el tiempo te lo dirá.
Saquemos conclusión de la historia,
del amor amamantado,
de la mano diestra,
del dedo índice que señala.
Con las letras menudas aprendí
esta canción entre juegos.
Digan ustedes qué santo patrón sería
y cuán grande su ingenio
que, con el germen de la verdad,
creó esta gran fábula,
mentirijillas de patas muy largas
para alcanzar la luna y rebotar su eco.
Con un simple tarareo sigamos el compás,
tralará, tralará.
Este puso un huevo,
este lo echó al fuego,
este lo peló,
este le echó la sal
y este gordito, gordito,
¡se lo comió enterito!
Tralará, tralará.
Tralará tralará
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario