Si la vida os da años, no os preocupéis,
bajaréis los mismos escalones.
Si pisáis sobre un terreno hollado,
¿por qué creéis ser distintos?
¿Por qué te miras tanto al espejo?
¿Acaso crees ver otra cosa que no hayas visto?
Pretendes en su reflejo agarrar
un tiempo perpetuo,
retener las horas de la inocencia,
en el rostro del presente.
Aquel lienzo cogió mugre y polvo,
en su fresca pintura se hicieron grietas
y en sus primarios colores hoy deslucidos
quedarán los mañanas tras un cristal empañado.
¿Por qué ese mirar constante
en un torpe intento por retener
los mismos perfiles?
Con engaños reconoces tuyo
al extraño que te usurpa.
Entre las hendiduras labradas
por los días,
la muerte hace su nido.
En su brillo la sonrisa disimula,
niega la mirada acusadora,
mientras la carcoma lame
lenta y pertinaz la vida.
Si la vida os da años, no os preocupéis
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