Es trece de noviembre,
miércoles húmedo y tranquilo.
La estancia está en penumbra
y brilla la luz de un calefactor.
Hace mucho tiempo de un día,
entonces soleado. Era sábado
y un cálido atardecer.
Unas palomas alzaron el vuelo.
El giro de llave abrió esta puerta
que hoy guardamos como un tesoro.
Aunque muchas lluvias mojaron
nuestros cuerpos y las prendas
se endurecieron bajo el sol ardiente,
por suerte, el frío nunca caló hasta el tuétano.
El fuego que ardía en la hoguera
quemó la leña y deja brasas aún candentes.
Llegará el invierno de nieves,
serán cenizas de muchos pasados
entre los rescoldo de su lumbre
y otras palomas alzarán el vuelo,
buscarán una tierra más amable
bajo un cielo resplandeciente.
Es trece de noviembre
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario