Si prestados a un juego

 Si prestados a un juego,
decidiéramos cambiar la palabra
de cada concepto.
Si a la casa llamamos valle
y al valle, mesa
y así con todos los nombres
que llenaron diccionarios.
Si inventamos otras voces diferentes,
extrañas para los oídos,
cada palabra con sus derivados,
variaciones y categorías
que el tiempo y habla transformaran.
Si trastocados vocabularios y normas,
alterada la morfología y sintaxis
la historia hablada y escrita,
acumulada a lo largo de los años,
todo tirado a la basura,
comencemos de cero.
No bastaría en este jugar
cambiar por el contrario
y al amor llamar odio
y al odio amor,
simplemente variaría el contenido.
Otro mundo sería, igual de incierto
y a pesar de cómo y qué nombremos,
el resultado sería el mismo,
una ficción sobre lo absurdo.

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