A veces, hay minutos de un día,
horas encadenadas por donde fluye
el río del tiempo amable.
Lleva un sol en sus aguas,
aunque llueva o sea noche
de luna oculta,
habrá en nuestros ojos
el brillo prestado
de diminutas estrellas.
A veces, los sueños se cumplen
y la vida es el regalo
que esperabas.
Latente en el aire pesa,
un eco callado de espuma
a la espera de romper la ola.
Un estruendo gigante,
revueltas aguas,
gotas de mar o lluvia,
afilados dientes
que devoran la tierra blanda.
Tinieblas en el horizonte,
frío, barro, fuego,
un viento sin fronteras.
A la deriva va tu alma,
naufraga sin la tibia arena
de una isla.
A veces, hay minutos de un día
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