Pasos firmes, lentos,
que reconocen el camino.
Pasos pausados, frenados,
que dudan
hacia dónde dirigirse.
Pasos alternativos,
acompasados, arrítmicos.
Pasos fluctuantes, inquietos
esclavos de indecisiones.
Pasos paralizados o que huyen
dentro de un laberinto sin salida.
Pasos que dejan huellas
y pasos que saltaron al abismo,
buscaron atrapar el infinito en el vuelo.
Pasos olvidados
que fueron mundo.
Pasos errados, pasos con aciertos,
débiles o sin rendirse,
retoman fuerzas
y hacen alto en el camino
para continuar paso a paso
la senda incierta de nuestro existir.
Gastar las suelas de los zapatos
con los sentidos puestos
en el andar,
sin olvido del sinsentido
de esta razón,
si no es dejando retazos
de nuestras prendas
atados a las ramas,
en las piedras el roce
de nuestras manos.
El agua de río corre
pero guarda su memoria
en el fondo.
Pasos que van hacia atrás,
torcidos, cobardes,
tambaleándose,
ebrios de locuras.
Pasos rectos que niegan
el placer
de los desvíos.
Pasos, pasado pesar,
pasos con los ojos puestos
en un horizonte eterno.
Pasos sustituidos por un
continuo pasar.
Pasos
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